LA CIENCIA DEL NADO: NADOLOGÍA

ENSEÑANZAS DE BUDA

Había una vez un joven profesor que realizaba un viaje por mar. Era un hombre muy educado, con un largo historial de títulos tras su nombre, pero con poca experiencia en la vida. En la tripulación del barco viajaba un viejo marinero analfabeto. Todas las noches, el marinero visitaba al joven profesor para escucharle hablar sobre diversos temas. Estaba impresionado por el conocimiento del joven.

Una noche, cuando el marinero estaba a punto de irse tras varias horas de conversación, el profesor le preguntó:

—Buen hombre, ¿has estudiado geología?

—¿Qué es eso, señor? —respondió el marinero.

—La ciencia de la tierra.

—No, señor, nunca he estudiado nada.

—Buen hombre, entonces has desperdiciado una cuarta parte de tu vida.

Con el rostro abatido, el viejo marinero se fue pensando: "Si un hombre tan sabio lo dice, debe ser cierto. He desperdiciado una cuarta parte de mi vida".

Al día siguiente, cuando el marinero estaba a punto de marcharse de nuevo, el profesor le preguntó:

—Buen hombre, ¿has estudiado oceanografía?

—¿Qué es eso, señor?

—La ciencia del mar.

—No, señor, nunca he estudiado eso.

—Buen hombre, entonces has desperdiciado la mitad de tu vida.

Con un rostro aún más sombrío, el viejo marinero pensó: "Este hombre tan intelectual dice que he desperdiciado la mitad de mi vida. Debe ser cierto".

La siguiente noche, el profesor le preguntó al marinero:

—Buen hombre, ¿has estudiado meteorología?

—¿Qué es, señor? Nunca he oído hablar de eso.

—La ciencia del viento, la lluvia y el clima.

—No, señor, nunca he estudiado nada de eso.

El profesor entonces dijo:

—No has estudiado la ciencia de la tierra en la que vives; no has estudiado la ciencia del mar del que obtienes tu sustento; no has estudiado la ciencia del clima que enfrentas cada día. ¡Buen hombre, has desperdiciado tres cuartas partes de tu vida!”

El viejo marinero estaba muy triste: “Este hombre tan inteligente dice que he desperdiciado tres cuartas partes de mi vida. ¡Ciertamente, debo haberlas desperdiciado!”

Al día siguiente, fue el turno del viejo marinero. Corrió hacia la cabina del profesor y le dijo:

—Señor profesor, ¿sabe de nadología?

—Nadología? qué es eso? —respondió el profesor.

— Usted sabe nadar? —Preguntó el marinero.

—No , nose nadar.

—¡Profesor, entonces ha desperdiciado toda su vida! El barco ha chocado contra una roca y se está hundiendo. Aquellos que saben nadar llegarán a la costa cercana, pero los que no saben nadar, se ahogarán. Lo siento mucho, profesor, pero ciertamente ha perdido toda su vida.

Reflexión:

Puedes estudiar todas las "logías" del mundo, pero si no aprendes a nadar —si no aprendes las habilidades prácticas esenciales de la vida—, todos tus estudios serán inútiles. Puedes leer y escribir sobre el nado, debatir sobre sus aspectos teóricos, pero nada de eso servirá si no entras al agua y aprendes a nadar por ti mismo.

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ONCE DÍAS, MUCHAS LECCIONES: VIPASSANA EN PRIMERA PERSONA